Es habitual en nuestro mundillo hablar mucho de los coches, sus configuraciones, cuál es la mejor preparación para este o aquel circuito o tramo, qué chasis va mejor…todo gira en torno a los vehículos y a veces nos olvidamos de un elemento que puede ser incluso más importante: el mando. Utilizar el mando adecuado al contexto en el que estemos puede marcar aún más la diferencia que un coche mejor o peor preparado. No es lo mismo correr en un tramo de rallye, que nos exige mucho freno y poder dosificar muy bien la potencia que llega a nuestro coche, que en un rápido circuito de velocidad donde lo que prima es la velocidad punta, así que tampoco tendrían que ser lo mismo los mandos que usemos en una y otra circunstancia.
Introducción: un poco de historia
La historia del mando no es tan antigua como la del coche de slot propiamente dicho, de hecho los primeros coches no se controlaban con un mando si no con un ingenioso sistema de cuerda que funcionaba presionando el coche hacia abajo, lo que accionaba un mecanismo que hacia girar una rueda que tocaba el suelo. Claro que esto tampoco era Scalextric, se denominaban Scalex.
Cómo funciona un mando de resistencia
El funcionamiento de estos mandos, y de todos los de resistencia, es muy sencillo. Primero hay que entender qué es una resistencia: un bobinado cuya función es oponerse al paso de la corriente eléctrica, tiene un valor en ohmios y cuanto mayor sea este, menos corriente pasará. Como vemos en el esquema, tenemos el positivo de la fuente de alimentación conectado a un extremo de la resistencia mientras que a la pista van el negativo y el cursor del mando (el triángulo del esquema). Con el mando en reposo, sin apretar el gatillo, la resistencia es infinita y no llega corriente a la pista. Cuando apretamos el cursor, desplazamos este por la resistencia variando el valor que aplicamos de esta y, por tanto, el voltaje que llega a la pista, hasta que llegamos al tope que une al cursor diréctamente con el positivo de la fuente, aplicando todo el voltaje disponible a la pista. En la gráfica inferior vemos como responde un mando con diferentes resistencias, en el eje X tenemos el recorrido del gatillo, suelto a la izquierda y apretado al máximo a la derecha, y en el eje Y el voltaje: si la resistencia es de un valor pequeño la velocidad inicial, la que se produce al tocar la primera espira de la resistencia con el cursor, será más alta, recordad que cuanto más bajo es el valor de la resistencia más corriente pasa. Si la resistencia es de un valor alto, partiremos de un voltaje de salida más bajo, lo que nos dará una velocidad inicial también más baja y nos permitirá controlar mejor el coche.
El freno eléctrico o dinámico
En competición todo evoluciona, lo vemos en los diferentes campeonatos que se disputan a lo largo del mundo en cualquier modalidad, los medios utilizados no tienen nada que ver con los que se usaban hace años. En nuestro hobby pasa lo mismo, la centésima es importante y en la búsqueda de esta se comenzó a probar un sistema que no era nuevo, ya se utilizaba en máquinas industriales para detener los motores más rápido. Hablamos del freno eléctrico o dinámico.
Este concepto está presente en todos los mandos modernos y permite detener el motor, y por ende nuestro coche, mucho más rápido, permitiéndonos hacer apuradas de frenada increibles. Su funcionamiento se basa en que un motor, cuando deja de recibir corriente, se comporta como un generador al seguir moviéndose por la inercia, generando una corriente inversa a la inicial y del mismo voltaje. Si unimos el positivo y el negativo de nuestro mando lo que hacemos es crear un corocircuito que impide al motor funcionar como generador, bloqueando ese giro provocado por la inercia y parándolo en un tiempo mucho memor que si lo dejamos por sí solo.
En el esquema del mando con freno podéis apreciar que, si soltamos el gatillo, producimos ese cortocircuito del que hablamos en el párrafo anterior. Este sistema está actualmente implementado en todos los mandos, tanto para circuitos caseros como para competición.
Y esto es todo por esta entrega, en la siguiente entrada sobre mandos hablaremos sobre los mandos electrónicos, las curvas de potencia y sus ajustes.
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