En el mundo del coleccionismo los aficionados saben muy bien la importancia que tiene, tanto el contenido como el continente de un producto colenccionable. Saben también, que el valor del mercado dependerá de como estos dos factores estén en buena relación, y como ello contará para su prestigio y valoración.
Curioseando un libro “Scalextric Historia y nostalgia” de J. Alonso, R. Pérez, J. Torre, me ha sorprendido como explican los inicios de la marca y de cómo cuidaban tanto el producto como su envoltorio. Como al largo de los años la evolución del producto se fue adaptando a las novedades técnicas del momento.
Aquí, hoy queremos abordar el tema del Scalextric a través del inicio de sus portadas y su pakaging. De cómo tanto el producto como su marketing, fue mimado y cuidado, dejándonos este gusto nostálgico que tenemos ahora al apreciar un circuito de antaño.
Esta nostalgia nos renace al ver los antiguos diseños de Scalextric, allá por el año 1962, los encargados del pakaging, daban tanta importancia a las ilustraciones de las portadas de las cajas que para preservarlas de toda manipulación, tanto del trasporte como del mal uso, las protegían con una segunda piel de cartón rígido mucho más duro que la caja original.
Hoy tener uno de estos circuitos con este segundo embalaje de cartón marrón con los logotipos, número y modelo con tinta impresa se ha convertido en la reafirmación del verdadero coleccionista. No obstante, hay que hablar de un plazo de tiempo corto de este doble envoltorio, ya que de estos modelos iniciales con doble piel fueron evolucionando a medida que iban evolucionando los materiales, y las técnicas en diseño.
Por ejemplo, de este tipo de envoltorio se cuenta en la primera época, en cuanto Scalextric aún proveía desde Inglaterra. Los formatos que nos llegaban mostraban ilustraciones delicadas prediseñadas desde la fábrica matriz, los cuales, según cuenta la historia, a su vez se surtían de algunos diseños de producción francesa. De esta época hubo portadas en GP-1, GP-3, de producción inglesa, o la portada de GP21, de 1968 que era de origen francés.
Más tarde en el año 1969 hasta el 1991 fue la etapa más longeva en cuanto a producción de diseños ilustrativos con un alto valor artístico. Exin incorporo en su plantilla a Luis Bargallo, y Ramón Sabatés, este último ilustrador de un cómic llamado TBO. Las portadas de esta época podemos encontrar GP-50, con los primeros Mclaren, el TC-600, TC-35, GT-60, AV-70, GT-25.
A partir del año 1991, las cajas ya incorporan los retoques fotográficos, se acercaban a la era del fotoshop. Allá por los 80 la fotografía y los retoques fotográficos se irían incorporando paulatinamente, hasta ser finalmente, el diseño artesano de la ilustración, desplazado totalmente de las portadas. De esta época, hablamos del año 1991, recordamos el circuito Nurburgring, Daytonas y Lemans.
No obstante, cabe decir que el dibujo en las portadas volvió a reaparecer en la época que TYCO compro la marca Scalextric a EXIN, pero esta es otra historia, la de una segunda vida de la mítica marca. Hoy en esta historia, nos quedamos con los años gloriosos de Exin.
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